viernes, 30 de noviembre de 2012

Oda a la inestabilidad


Oh viento frió que entorpeces mi camino, giro repentino que me abrumas y te burlas de mi pena, mí lamento entre congojos se ve claro en mis ojos. No hay pena sin dolor, ni dolor que no sea por amor.
¿Qué será lo que de mi quieren los vientos? Que absortos en su mundo danzan, que hablan entre ellos en susurros mientras ignoran al desvalido.
Es el sonido de la felicidad ajena, es la burla de un cínico en el cosmos, que me hacen mirar hacia donde pisan furiosos y andar sin saber por qué, sin poder entender.
Oh Morfeo que te adueñas de este cuerpo que Cupido cautivo de amor ya no hay nada en mi, nada de el elixir de tu corazón, solo queda esta alma presa de su amor.


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